LA MISERICORDIA DE DIOS
LA MISERICORDIA DE DIOS
Para hablar de
la misericordia de Dios tenemos que hablar de los antecedentes o de la
condición en la que se está o en la que estábamos antes de formar parte de su
pueblo
Nosotros no
teníamos parte con Dios,
Romanos 3:9-26 (DHH)
9 ¿Qué pues? ¿Tenemos
nosotros, los judíos, alguna ventaja sobre los demás? ¡Claro que no! Porque ya
hemos demostrado que todos, tanto los judíos como los que no lo son, están bajo
el poder del pecado, 10 pues las
Escrituras dicen: «¡No hay ni uno solo que sea justo! 11 No hay
quien tenga entendimiento; no hay quien busque a Dios. 12 Todos
se han ido por mal camino;
todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo
bueno! ¡No hay ni siquiera uno! 13 Su garganta es un sepulcro
abierto, su lengua es mentirosa, sus labios esconden veneno de víbora 14 y
su boca está llena de maldición y amargura.
15 Sus pies corren ágiles a derramar sangre; 16 destrucción
y miseria hay en sus caminos, 17 y
no conocen el camino de la paz. 18 Jamás tienen presente que
hay que temer a Dios.»
19 Sabemos que todo lo
que dice el libro de la ley, lo dice a quienes están sometidos a ella, para que
todos callen y el mundo entero caiga bajo el juicio de Dios; 20 porque nadie podrá decir que ha cumplido la ley y
que Dios debe reconocerlo como justo, ya que la ley solamente sirve para
hacernos saber que somos pecadores.
21 Pero ahora, sin la
ley, Dios ha mostrado de qué manera nos hace justos, y esto lo confirman la
misma ley y los profetas: 22 por medio
de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay
diferencia: 23 todos han pecado y están
lejos de la presencia gloriosa de Dios.
Todos han pecado, están lejos de la
presencia de Dios, No hay ni un justo, No hay quien tenga entendimiento, Todos
están bajo el poder del pecado
Efesios 2:1-8
Antes ustedes estaban muertos a causa de
las maldades y pecados 2 en que vivían,
pues seguían los criterios de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu
que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios.
3 De
esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros
malos deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de
nuestros pensamientos. A causa de eso, merecíamos con toda razón el terrible
castigo de Dios, igual que los demás.
Nosotros vivíamos conforme a nuestro
criterio, no merecíamos formar parte de la vida que Dios ofrece, pero continúa
la cita.
4 Pero Dios
es tan misericordioso y nos amó con un amor tan grande, 5 que nos dio vida juntamente con Cristo cuando
todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados. Por la bondad de Dios
han recibido ustedes la salvación. 6 Y
en unión con Cristo Jesús nos resucitó, y nos hizo sentar con él en el cielo.
7 Hizo esto para demostrar en los tiempos
futuros su generosidad y su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la
salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan
conseguido, sino que es un don de Dios.
MISERICORDIA:
Es la disposición a compadecerse de los trabajos y
miserias ajenas. Se manifiesta en amabilidad, asistencia al necesitado,
especialmente de perdón y reconciliación. Es más que un sentido de simpatía, es
una práctica. (Es ponerse en el lugar del otro)
Virtud que
inclina a compadecerse, perdonar o solucionar las miserias ajenas.
Efesios 1: 4-10
4 Dios nos escogió en
Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin
defecto en su presencia. Por su amor, 5 nos
había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia
el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. 6 Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios por
su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. 7-8 En Cristo, gracias a la sangre que derramó,
tenemos la liberación y el perdón de los pecados. Pues Dios ha hecho desbordar
sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos toda sabiduría y
entendimiento, 9 y nos ha hecho conocer
el designio secreto de su voluntad. Él en su bondad se había propuesto realizar
en Cristo este designio, 10 e hizo que
se cumpliera el término que había señalado. Y este designio consiste en que
Dios ha querido unir bajo el mando de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo
como en la tierra.
Fue tan grande la misericordia que nos ofrece Dios que
entregara a Su propio Hijo, a Su Unigénito, para que derramara Su sangre y
muriera para completar la grandiosa obra de nuestra redención
La misericordia de Dios es que su Hijo se
dispuso como mediador, Para mostrarnos el ejemplo de ser misericordiosos, El se
puso en nuestro lugar
Romanos 5:8: “Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
Romanos 5:8: “Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
8 Pero Dios prueba que
nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
No teníamos parte con el reino de Dios ya que éramos amigos del mundo
Santiago
4:4
4 ¡Oh almas
adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por
tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Qué Dios perdona a
su enemigo.
MIQUEAS 7:18
18 ¿Qué Dios como tú,
que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No
retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.
19 El volverá a tener
misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo
del mar todos nuestros pecados.
20 Cumplirás la verdad a
Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos
antiguos.
DHH:
19 Ten otra vez compasión de nosotros y sepulta nuestras
maldades. Arroja nuestros pecados a las profundidades del mar. 20 ¡Mantén, Señor, la fidelidad y el amor que en tiempos antiguos prometiste
a nuestros antepasados Abraham y Jacob!
Romanos
5:10-11
10 Porque si Dios,
cuando todavía éramos sus enemigos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte
de su Hijo, con mayor razón seremos salvados por su vida, ahora que ya estamos
reconciliados con él. 11 Y no sólo
esto, sino que también nos gloriamos en Dios mediante nuestro Señor Jesucristo,
pues por Cristo hemos recibido ahora la reconciliación.
Sólo tiene unos requisitos (Isaías 55:6,7)
6 »Busquen al Señor mientras
puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca. 7 Que el
malvado deje su camino, que el perverso deje sus ideas; vuélvanse al Señor, y
él tendrá compasión de ustedes; vuélvanse a nuestro Dios, que es generoso para
perdonar.
Oseas 6:6 Lo que quiero de ustedes es que me amen, y no que me hagan
sacrificios; que me reconozcan como Dios, y no que me ofrezcan holocaustos.
Romanos
2:9-10 (RV1960)
9 No es el resultado de
las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada; 10 pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado
en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos
había preparado de antemano.
Dios quiere un cambio verdadero
Joel 2:13
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y
convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo
para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.
DHH: ¡Vuélvanse ustedes al Señor
su Dios, y desgárrense el corazón en vez de desgarrarse la ropa!
Porque el Señor es tierno y compasivo, paciente y todo amor,
dispuesto siempre a levantar el castigo.
Rasgarse
las vestiduras
Costumbre judia de mostrar sus sentimientos de dolor
extremo
Se ajusta a los casos en que alguien demuestra con
evidencia su dolor, malestar, rabia o indignación.
Era la actitud que
asumían los miembros de antiguos pueblos, en particular judíos, cuando eran
víctimas de desgracias.
Y la misericordia no sólo fue para los
judíos
Romanos 9:15-16 15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.
Romanos 9:15-16 15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.
16 Así que no depende
del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
17 Porque la Escritura
dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y
para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.
18 De manera que de
quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
22 ¿Y qué, si Dios,
queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia
los vasos de ira preparados para destrucción,
23 y para hacer notorias
las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él
preparó de antemano para gloria,
24 a los cuales también
ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los
gentiles?
Romanos 9:25-26 25
Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,
Y a la no amada, amada. 26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente.
Y a la no amada, amada. 26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente.
No es solamente Dios de los Judíos (Romanos
3:24-31)
24 Pero Dios, en su
bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo
Jesús. 25 Dios hizo que Cristo, al
derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por
la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que
habíamos cometido antes, 26 porque él
es paciente. Él quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues
así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús.
27 ¿Dónde, pues, queda
el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber
cumplido la ley, sino por haber creído. 28 Así
llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe,
independientemente del cumplimiento de la ley.
29 ¿Acaso Dios es
solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro
está que lo es también de todas las naciones, 30 pues
no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, sin tomar
en cuenta si están o no están circuncidados! 31 Entonces,
¿con la fe le quitamos el valor a la ley? ¡Claro que no! Más bien afirmamos el
valor de la ley.
Somos parte de su herencia (Efesios 1:11-14)
11 En Cristo, Dios nos
había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su herencia, de acuerdo
con el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su
voluntad. 12 Y él ha querido que
nosotros seamos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que
todos alabemos su glorioso poder. 13 Gracias
a Cristo, también ustedes que oyeron el mensaje de la verdad, la buena noticia
de su salvación, y abrazaron la fe, fueron sellados como propiedad de Dios con
el Espíritu Santo que él había prometido. 14 Este
Espíritu es el anticipo que nos garantiza la herencia que Dios nos ha de dar,
cuando haya completado nuestra liberación y haya hecho de nosotros el pueblo de
su posesión, para que todos alabemos su glorioso poder.
Dios quiere que seamos misericordiosos
Dios nos pide que
seamos misericordiosos
Miqueas 6:8: "Oh hombre, él te ha
declarado lo que es bueno. ¿Y qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia,
y hacer misericordia, y humillarte ante tu Dios."
Mateo 9:9-13
9 Pasando Jesús de allí,
vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos
públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.
10 Y aconteció que
estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y
pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus
discípulos.
11 Cuando vieron esto
los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los
publicanos y pecadores?
12 Al oír esto Jesús,
les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
13 Id, pues, y aprended
lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a
llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Cristo se mostró como ejemplo de la
misericordia para que nosotros aprendiéramos de él.
Porque quiere que nosotros seamos
Misericordiosos
El buen samaritano
30 Jesús entonces le
contestó:
—Un hombre iba por el camino de
Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa;
lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Por
casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un
rodeo y siguió adelante. 32 También un
levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante.
33 Pero un hombre de Samaria que viajaba por
el mismo camino, al verlo, sintió compasión. 34 Se
acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo
subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. 35 Al día siguiente, el samaritano sacó el
equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le
dijo: “Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando
vuelva.” 36 Pues bien, ¿cuál de esos
tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos?
37 El maestro de la ley
contestó:
—El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo:
—Pues ve y haz tú lo mismo.
Dios misericordioso:
1 Crónicas 21: 13-15
13 Entonces David dijo a
Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque
sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres.
14 Así Jehová envió una
peste en Israel, y murieron de Israel setenta mil hombres.
15 Y envió Jehová el
ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró
Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya;
detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo.
Jonás Sabía lo misericordioso que es Dios
(Jonás 4:2-11)
2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
3 Ahora pues, oh Jehová,
te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
4 Y Jehová le dijo:
¿Haces tú bien en enojarte tanto?
5 Y salió Jonás de la
ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y
se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad.
6 Y preparó Jehová Dios
una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su
cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la
calabacera.
7 Pero al venir el alba
del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se
secó.
8 Y aconteció que al
salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la
cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la
muerte que la vida.
9 Entonces dijo Dios a
Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo,
hasta la muerte.
10 Y dijo Jehová:
Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste
crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció.
11 ¿Y no tendré yo
piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil
personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y
muchos animales?
Hebreos
4:14-16
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro".
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro".
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