¿POR QUÉ EN LA BIBLIA NOS COMPARA CON oVEJAS?
Son muchas las veces que en la
Sagrada Escritura se nos compara a nosotros los seres humanos con las
ovejas. Ciertamente éste era un animal que abundaba en toda la zona habitada
por el pueblo hebreo. Pero hemos de suponer que también habría otros animales
domésticos con los cuales compararnos, como el perro y el gato, o animales
de carga, como el burro, el camello, etc., y también aves de muchas clases.
Entonces... ¿por qué la insistente comparación con la oveja?
Como la mayoría de las personas vivimos en ciudades,
el comportamiento de la oveja nos resulta prácticamente desconocido, salvo
por lo que hayamos podido ver en alguna película o en la televisión. Pero
es interesante adentrarse en ciertos detalles sobre este dulce animal,
para ver cuánto nos quiere decir el Señor al compararnos una y otra vez
con las ovejas y al definirse El como el “Buen Pastor”.
La oveja es un animal frágil. Se ve ¡tan gordita!,
pero al esquilarla, es decir, al quitarle la lana, queda delgadita y se
le nota entonces toda su fragilidad. Es, además, un animal dependiente,
no se vale por sí sola: depende totalmente de su pastor. Por cierto, no
de cualquier pastor, sino de “su” pastor. Es tan incapaz, que
con sus débiles y poco flexibles paticas, no puede siquiera treparse al
pastor y necesita que éste la suba. No así un perro... o un gato. Si se
queda ensartada en una cerca o en una zarza, no puede salirse por sí sola:
necesita que el pastor la rescate. La oveja anda en rebaño, no puede andar
sola. Si llegara a quedarse sola, no es capaz de defenderse: es fácil
presa del lobo o de otros animales feroces. Su dependencia del pastor
la hace ser obediente y atenta a la voz y a la dirección de “su”
pastor. No obedece la voz de cualquier pastor, sino que atiende sólo a
la del suyo. El pastor las lleva a veces a pastar guiándolas con una vara
alta, llamada cayado, y a veces las reúne en un espacio cercado, llamado
redil o aprisco.
¿Qué nos quiere decir el Señor al compararnos con
las ovejas?
Y ¿qué nos quiere decir al definirse El como el “Buen
Pastor” ?
El Señor nos dice que El es el mejor de los pastores,
pues El da la vida -como de hecho la dio- por sus ovejas. Y sus ovejas
lo conocen y escuchan su voz. Nos dice también que El conoce a cada una
de sus ovejas por su nombre, y las ovejas reconocen su voz (cfr. Jn.
10, 1-10).
Nosotros, ovejas del Señor, somos también frágiles,
aunque nos creemos muy fuertes y muy capaces. Somos, también, dependientes
del Señor y, cual ovejas, tampoco nos valemos por nosotros mismos, aunque,
engañados, podamos pasarnos toda nuestra vida, tratando de ser independientes
de Dios, tratando de valernos por nosotros mismos.
Si nos enredamos en nuestra vida espiritual, necesitamos
de nuestro Pastor y El nos rescata y nos coloca sobre su hombro, igual
que a la oveja perdida, para llevarnos al redil (Lc. 15, 4).
No podemos andar solos, “como ovejas descarriadas”
(1 Pe. 2, 25), pues corremos el riesgo de ser devorados por los lobos
que están siempre al acecho. Reconociéndonos dependientes, podemos ser
totalmente obedientes a la Voz y a la Voluntad de nuestro Pastor.
No debemos obedecer la voz de ladrones de ovejas,
que saltan por un lado del redil y simulan ser pastores para llevarse
a las ovejas. Y confiamos tanto en nuestro Pastor que, aunque pasemos
por cañadas oscuras , nada tememos, porque El va con nosotros; su
vara y su cayado nos dan seguridad; nos hace reposar en verdes praderas
y nos conduce hacia fuentes tranquilas para reparar nuestras fuerzas.
Por todo esto, podemos entonar y repetir la primera
frase de ese Salmo favorito de muchos cristianos: “El Señor es
mi Pastor, nada me falta” (Sal. #22).
http://www.homilia.org/preguntash/pqoveja.htm
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