EL MAÑANA
EL MAÑANA
Las
tareas de mañana no las puedo hacer hoy, por eso las dejará para mañana, hoy
hago las de hoy, y bien hechas. (Og Mandino)
//Muchas
veces caemos en el orgullo y creemos que el mañana nos pertenece y muchas veces
hacemos planes sin antes saber si el mañana lo viviremos
Santiago
4:13-18 No hacer planes con orgullo
13.Ahora oigan esto,
ustedes, los que dicen: «Hoy o mañana
iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando
dinero», 14 ¡y ni siquiera
saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece
por un momento y en seguida desaparece.
//Las
personas a las que dirigió Santiago en la carta estaban actuando muy mal. No
tomaban en cuenta a Dios en sus planes y en sus negocios, y se jactaban de su
autosuficiencia.
Por
eso indicó en el versículo 15:
15 Lo que deben
decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.» 16 En cambio, ustedes insisten en
hablar orgullosamente; y todo orgullo de esa clase es malo. 17 El que sabe hacer el bien y no
lo hace, comete pecado.
// El
consejo del apóstol es que asuman un estilo de vida correcto como seguidores de
Cristo. Con la expresión “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o
aquello,” les indica que debían de asumir el compromiso de escuchar y obedecer
lo que Dios decía en su palabra, en vez de seguir según los criterios humanos.
LA DEPENDENCIA EN DIOS
//Debemos
depender de Dios al hacer los planes de nuestra vida,
Las
experiencias de Israel en el desierto con todos sus problemas y peligros, que
están registradas en la Biblia para nuestra enseñanza y consolación.
Durante
el día, los rayos del sol, pero allí estaba el Señor manifestándose sobre
ellos, no solamente para que estuvieran conscientes de Su presencia, sino que además
proveyéndoles sombra por medio de la nube que les acompañó en todo su
peregrinar. Y para la oscuridad y el frío de la noche, Dios estaba junto a
ellos en una llama de fuego. Fue además la guía que los condujo hasta la tierra
prometida.
Pero
más allá creó Dios una dependencia primeramente visible en las necesidades
físicas. Ya que necesitaban ver para poder sentir esa dependencia espiritual,
En la vida actual:
// De igual forma actúa con nosotros, seguimos bajo la sombra
de Dios, y en pleno desierto, bajo los intensos rayos de la maldad del hombre,
en medio de la escasez de agua viva y las aguas contaminadas que el enemigo de
las almas ofrece.
El corazón del hombre está lleno de ingratitud, siempre está
mirando lo que no tiene; nunca presta atención a todo lo que ha recibido del
Señor. Aun cuando recibimos algo. Muchas veces en el instante en que recibimos
las cosas en ese instante dejamos mirar hacia el Señor.
Lucas
17:11-19
11 Yendo Jesús a Jerusalén,
pasaba entre Samaria y Galilea.
12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez
hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
13 y alzaron la voz,
diciendo: !!Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
14 Cuando él los vio, les
dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron
limpiados.
15 Entonces uno de ellos,
viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,
16 y se postró rostro en
tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
17 Respondiendo Jesús, dijo:
¿No son diez los que fueron
limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
18 ¿No hubo quien volviese y
diese gloria a Dios sino este extranjero?
19 Y le dijo: Levántate, vete;
tu fe te ha salvado.
Los
diez leprosos, con angustia clamaban al Jesús, pero en el mismo instante que
recibieron la sanidad, le volvieron las espaldas y ni tan siquiera dieron las
gracias por haberlos sanado de la lepra.
Son
tantas las bendiciones que a diario recibimos sin merecerlas, que haríamos muy
bien en agradecerle continuamente por lo que ya tenemos, en vez de reclamar por
lo que no poseemos o angustiarnos por males que ni aún se han presentado en
nuestras vidas.
Y qué diremos del cuidado amoroso del Señor para con los
suyos al darles pan del cielo a todo un pueblo que ni plantó ni sembró para
ello, y a beber aguas en abundancia en medio de la sequedad del desierto.
Éxodo 16:1-
Dios da el maná
16 Toda la comunidad israelita salió de Elim y llegó al desierto
de Sin, que está entre Elim y Sinaí. Era el día quince del mes segundo después
de su salida de Egipto. 2 Allí, en
el desierto, todos ellos comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón. 3 Y les
decían:
—¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allá nos
sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos hasta llenarnos, pero ustedes
nos han traído al desierto para matarnos de hambre a todos.
4 Entonces el Señor le dijo
a Moisés:
—Voy a hacer que les
llueva comida del cielo. La gente deberá salir cada día, y recogerá sólo lo
necesario para ese día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y
quién no. 5 El sexto
día, cuando preparen lo que van a llevar a casa, deberán recoger el doble de lo
que recogen cada día.
6 Moisés y Aarón dijeron
entonces a los israelitas:
—Por la tarde sabrán ustedes que el Señor fue quien los sacó de
Egipto, 7 y por la
mañana verán la gloria del Señor; pues ha oído que ustedes murmuraron contra
él. Porque, ¿quiénes somos nosotros para que ustedes nos critiquen?
8 Y Moisés añadió:
—Por la tarde el Señor les va a dar carne para comer, y por la
mañana les va a dar pan en abundancia, pues ha oído que ustedes murmuraron
contra él. Porque, ¿quiénes somos nosotros? Ustedes no han murmurado contra
nosotros, sino contra el Señor.
9 Luego Moisés le dijo a
Aarón:
—Di a todos los israelitas
que se acerquen a la presencia del Señor, pues él ha escuchado sus
murmuraciones.
10 En el momento en que Aarón
estaba hablando con los israelitas, todos ellos miraron hacia el desierto, y la
gloria del Señor se apareció en una nube. 11 Y el
Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
12 —He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: “Al
atardecer, ustedes comerán carne, y por la mañana comerán pan hasta quedar
satisfechos. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.”
13 Aquella misma tarde
vinieron codornices, las cuales llenaron el campamento, y por la mañana había
una capa de rocío alrededor del campamento. 14 Después
que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó
sobre la superficie del desierto. 15 Como los
israelitas no sabían lo que era, al verlo se decían unos a otros: «¿Y esto qué
es?» Y Moisés les dijo:
—Éste es el pan que el Señor les da como alimento. 16 Y ésta es
la orden que ha dado el Señor: Recoja cada uno de ustedes lo que necesite para
comer y, según el número de personas que haya en su casa, tome más o menos dos
litros por persona.
17 Los israelitas lo hicieron
así. Unos recogieron más, otros menos, 18 según la
medida acordada; y ni le sobró al que había recogido mucho, ni le faltó al que
había recogido poco. Cada uno había recogido la cantidad que necesitaba para
comer.
19 Luego Moisés les dijo:
—Nadie debe dejar nada
para el día siguiente.
20 Sin embargo, algunos de
ellos no hicieron caso a Moisés y dejaron algo para el otro día; pero lo que
guardaron se llenó de gusanos y apestaba. Entonces Moisés se enojó con ellos.
21 Cada uno recogía por las
mañanas lo que necesitaba para comer, pues el calor del sol lo derretía. 22 Pero el
sexto día recogieron doble porción de comida, es decir, unos cuatro litros por
persona; entonces los jefes de la comunidad fueron a contárselo a Moisés, 23 y Moisés
les dijo:
—Eso es lo que el Señor ha ordenado. Mañana es sábado, un reposo
consagrado al Señor. Cocinen hoy lo que tengan que cocinar y hiervan lo que
tengan que hervir, y guarden para mañana todo lo que les sobre.
24 De acuerdo con la orden de
Moisés, ellos guardaron para el día siguiente lo que les había sobrado, y no
apestaba ni se llenó de gusanos.25 Entonces Moisés dijo:
—Cómanlo hoy, que es el sábado consagrado al Señor, pues en este
día no encontrarán ustedes nada en el campo. 26 Podrán
recogerlo durante seis días, pero el séptimo día, que es sábado, no habrá nada.
27 Algunos de ellos salieron
el séptimo día a recoger algo, pero no encontraron nada. 28 Entonces
el Señor le dijo a Moisés:
—¿Hasta cuándo van ustedes a seguir desobedeciendo mis
mandamientos y mis enseñanzas? 29 Tomen en
cuenta que yo, el Señor, les he dado un día de reposo; por eso el sexto día les
doy comida para dos días. Así que el séptimo día cada uno debe quedarse en su
casa y no salir de ella.
30 Entonces la gente reposó
el día séptimo.
31 Los israelitas llamaron
maná a lo que recogían. Era blanco, como semilla de cilantro, y dulce como
hojuelas con miel.
32 Después Moisés dijo:
—Ésta es la orden que ha dado el Señor: “Llenen de maná una medida
de dos litros, y guárdenla para sus descendientes, para que vean la comida que
yo les di a ustedes en el desierto, cuando los saqué de Egipto.”
33 A Aarón le dijo:
—Toma una canasta, y pon en ella unos dos litros de maná. Ponla
después en la presencia del Señor, y que se guarde para los descendientes de
ustedes.
34 De acuerdo con la orden
que el Señor le dio a Moisés, Aarón puso la canasta ante el arca de la alianza,
para que fuera guardada.
35 Los israelitas comieron
maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierras habitadas; es decir,
lo comieron hasta que llegaron a las fronteras de la tierra de Canaán.
40 AÑOS comiendo MANÁ. Y ni aun así pudieron tener confianza en que Dios
era el que les iba a proveer, la dependencia Física no pudo alimentar su
dependencia espiritual, ahora nosotros nuestras pruebas son para alimentar esa dependencia
espiritual, Para no confiar en el día de mañana, que aún no existe,
Versículo 19, “Nadie debe dejar nada para el día siguiente”,
Cuando Jesús les enseña a orar a su discípulos en el Libro de Lucas
11:2-4 (Alguien que lo lea)
DHH: 3. Danos cada día el pan que necesitamos.
( El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy.)
Algun escritor escribió lo siguiente:
“En esta oración pide el pan solamente para hoy. No se queja
del pan rancuio que comimos ayer y no dice tampoco: “Oh Dios mío! Ha llovido
muy poco últimamente enj la zona triguera y podemos tener otra sequía. Si es
así ¿Si es así cómo podré obtener mi pan el próximo otoño? Esta oración nos
enseña sólo a pedir el pan de hoy. El pan de hoy es el único que se puede comer
”
La oración nos ayuda a fortalecer y alimentar nuestra dependencia
con Dios, Sólo pidiendo con oración a Dios. Lucas 11:5-11
5 También les dijo Jesús:
—Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo, y que a
medianoche va a su casa y le dice: “Amigo, préstame tres panes, 6 porque un
amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa, y no tengo nada que darle.” 7 Sin duda
el otro no le contestará desde adentro: “No me molestes; la puerta está
cerrada, y mis hijos y yo ya estamos acostados; no puedo levantarme a darte
nada.” 8 Les digo
que, aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, lo hará por su
impertinencia, y le dará todo lo que necesita. 9 Así que
yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la
puerta, y se les abrirá. 10 Porque el
que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le
abre.
11 «¿Acaso alguno de ustedes,
que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide
pescado, 12 o de
darle un alacrán cuando le pide un huevo? 13 Pues si
ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,
¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!»
//Decimos
creer que el Señor puede venir hoy, pero sin embargo las angustias y
aflicciones que nos pueden sobrevenir en el día de mañana nos consumen.
Mateo
6: 34 "No
os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta
a cada día su propio mal".
DHH:
34 No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene
bastante con sus propios problemas.
El
corazón del creyente verdadero se identifica plenamente con las palabras escritas
en el libro de los Salmos 31 "En tu mano están mis tiempos".
El
mañana no nos pertenece, eso está solamente en la mano del Señor.
¿Por
qué hay tantos creyentes que viven amargados? Eso es porque ponen sus ojos
solamente en sus problemas, o lo que es peor, en los posibles problemas que le
puedan afectar en el día de mañana. No ven todo lo que el Señor les ha dado ni
hay gratitud en sus corazones.
El
verdadero creyente es agradecido por todo lo que ha recibido.
Por
lo tanto, basta ya de afanarnos por el día de mañana aquí en la tierra, porque
todo esto pronto pasará. El mañana que esperamos, es el que comenzará con la
venida del Señor por los suyos. Allí es cuando comenzará a brillar el alba del
nuevo día para los que somos de él.
Vivamos
cada día con gozo y gratitud por todo lo que ya hemos recibido, y pensando que
el verdadero "mañana" para nosotros no será en esta tierra, sino en
la eternidad junto al Señor.
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